martes, 8 de marzo de 2011

GENERACIÓN ENERGÉTICA, CONSERVACIÓN AMBIENTAL Y DESARROLLO

Parece que la pregunta dicotómica - ¿conservación ambiental o desarrollo? -, que siempre he pensado es un sofisma propio de aquellos a los que con tanta claridad aludía Platón en sus obras, puede ser realmente, hoy, una cuestión real y no una interrogante aparente y justificada por la argumentación.
El movimiento ambientalista a nivel mundal clama por muchas causas específicas de tutela ambiental: las ballenas, los bosques, etc. También por asuntos globales, como la pérdida de la biodiversidad y el cambio climático. Estos dos últimos grandes temas y desafíos ambientales, aunque estén en el discurso político, en las políticas públicas de muchos países, en estrategias y planes de acción, parecen quedar postergados a la hora de tomas decisiones "duras" que impliquen afectar o desbaratar políticas económicas, cuyo sustento es la mantención del costo de producción energética relativamente bajo, o que simplemente se orientan al desarrollo extractivo de recursos naturales, renovables o no (por ejemplo la minería).

¿Desarrollo o conservación ambiental?. Chile está -hoy- en la senda de las  centrales "termoeléctricas", lo que claramente va en contra de las tendencias de los países desarrollados, o al menos algunos de ellos. Parece ser que países como el nuestro, para transitar hacia el desarrollo, deben mantener los costos de generación controlados y bajos, para no incidir negativamente en la economía, recurriendo a las fuentes energéticas primarias que se tienen a mano, una de ellas el carbón.
De allí que países como China utilicen principalmente carbón para abastecer sus centrales energéticas.
 Se utilizan tecnologías sofisticadas para disminuir las emisiones de contaminantes en estas centrales. Sin embargo, al menos en Chile, las experiencias han sido francamente poco eficientes en este sentido. Adicionalmente, hay una contradicción vital en el discurso sobre acciones / país para abordar el problema del cambo climático, si se mantiene e incrementa el uso de estos combustibles y las políticas energéticas no son mas audaces para, utilizando instrumentos económicos, incrementar sustancialmente el uso de energías renovables no convencionales (ERNC), bajando las altas barreras de entrada que éstas tienen actualmente en el mercado energético. Ello, de paso, implica adecuar las regulaciones legales. Un claro ejemplo de un megaproyecto energético en base al carbón es la "Central Castilla", calificada por la prensa como una de las más grandes centrales termoeléctricas de Sudamérica.

Chile cuenta con iniciativas privadas menos contaminantes para la generación energética, aunque no menos impactantes ambientalmente: la central hidroeléctrica denominada "Hidroaysén", la cual, en base a "megaembalses" y una larga línea de transmisión eléctrica, será causante de impactos ambientales de magnitud. La alteración de ecosistemas completos, sin perjuicio de un capital intangible, no menos valioso, cual es el paisaje. Aunque la empresa destaca las virtudes del proyecto, y la autoridad ambiental (SEA) mantiene los antecedentes ambientales del proyecto abiertos a la comunidad, hay una cuestión medular en este proyecto, cual es que sus impactos ambientales son realmente de magnitud, alterando ecosistemas completos.

En ambas alternativas energéticas mencionadas se puede observar como la dimensión ambiental del desarrollo tiene, no obstante el acervo de conocimientos teóricos y empíricos demostrativos de sus efectos, un sitial "secundario". Primero está el bienestar humano, el abastecimiento energético. La variable ambiental, por regulada que esté, no impide que se tomen decisiones privadas y públicas para desplegar inversiones en proyectos como los mencionados, que "subvaloran" el ambiente, y de paso favorecen escasamente el mencionado desarrollo, si éste altera los ecosistemas que albergan precisamente a las comunidades pueblos, ciudades y ciudadanos que serán beneficiados. No aludo a autoridades específicas ni a particulares específicos. Los dos proyectos mencionados probablemente se han diseñado de acuerdo al marco jurídico vigente, y sus titulares y las autoridades acatarán la ley (se espera).

Usé estos dos ejemplos solamente para llegar a un factor esencial. El punto medular, en efecto, es la cosmovisión de "desarrollo" que se ha venido utilizando, al menos desde los albores del siglo XX, en la cual parece que el medio ambiente es el "convidado de piedra". Todo indica, en síntesis que el "discurso oficial", aquel "diplomáticamente correcto", favorece fervientemente la conservación ambiental. Este discurso no explicita, sin embargo, hasta donde se aceptan las restricciones que impone la conservación ambiental y desde que límite "NO" se está dispuesto a adoptar fuertes, claras y explícitas medidas de protección ambiental, inclusive desechando proyectos de inversión que pueden ser un gran motor económico. En pocas palabras, "el bien común" tiene ámbitos más privilegiados que otros. El desarrollo económico, muy en el fondo, no verá obstáculos en el "bien común ambiental". Al menos eso es lo que se observa en Chile y el resto de los países en vías de desarrollo.
Mientras tanto, las economías se preparan para hacer frente a costosos planes de adaptación al cambio climático, a costosas medidas de mitigación, precisamente debido al mayor problema ambiental global que ha enfrentado la humanidad, causado por un paradigma de desarrollo "diplomáticamente correcto" en los discursos, pero olvidado en la práctica. De allí que la dicotomía entre "desarrollo" y conservación ambiental, aunque se concilie dentro de ciertos márgenes, fuera de ellos deja de ser un sofisma y pasa a ser una afirmación cierta,... lamentablemente en desmedro del medio ambiente, entrabante del desarrollo.

Sergio Praus
Abogado

1 comentario:

liliana almonacid dijo...

encuentro toda la razon a la preocupacion de los medioambientalistas no entiendo como nuestras autoridades no ven que los paises desrrollados ya vienen de vuelta con respecto a matar su medio ambiente, nosotros somos un pais privilegiado pq. no orientar nuestro desarrollo a un turismo ecologico todo el mundo busca el contacto con la naturaleza prìstina aùn en muchas partes de nuestro territorio no se si sere muy simple para pensar pero creo que el desarrollo no solamente es economico sino que implica una fusion total con nuestro medio ambiente lo que a la larga nos trae la felicidad y el gusto por esta vida