miércoles, 13 de junio de 2007

LAS DOS CARAS DE LA MONEDA (2): "GOLD WITHOUT GREEN"

Hicimos una primera aproximación a la conducta que muchas empresas mantienen en torno a la sustentabilidad ambiental. Son aquellas que mantienen una ética coherente con el equilibrio ambiental y alineada con la rentabilidad esperada en todo negocio. Sin embargo no son las empresas aquellas a las que puede imputarse valores o antivalores ambientales: son sus directivos y ejecutivos, quienes tienen el poder de decidir respecto de la sustentabilidad ambiental, quienes colegiadamente mantienen una postura "corporativa". Sin embargo son "personas" quienes fijan las políticas corporativas,.....será el "Directorio",...el Gerente General,...en fin,.. quienes tienen poder de seguir un camino u otro.

En "Green to Gold", Dan Esty nos muestra a quienes han seguido un camino que tiene coherencia entre los fines del negocio y el respeto al ambiente - lo que implica respeto no solo a los componentes bióticos o abióticos del ambiente, sino a las comunidades, pueblos, ciudades que conviven con la "industria", la cual puede aprovechar una ética colectiva, hoy masificada, al menos en su reconocimiento, hacia la protección ambiental, tranformando en inversiones reales las sumas de dinero invertidas en una "producción limpia".

Pero la realidad en todo el mundo demuestra que de la misma forma hay muchas industrias y empresas - o bien muchos o algunos de sus ejecutivos - no han cruzado aún la frontera hacia la sustentabilidad ambiental. Tal parece ser el caso, en Chile, de la planta de celulosa Licantén, operada por "Celulosa Licancel" la cual es propiedad de Celulosa Arauco y Constitución S.A., conglomerado que también posee las plantas de Constitución, Nueva Aldea, Arauco y Valdivia". Las autoridades públicas, ambientales y de salud, reaccionaron prontamente declarando emergencia sanitaria. El poder contaminante de los vertidos ilícitos (compuestos orgánicos persistentes) ha mermado el ecosistema, y puesto en serio riesgo la salud de la población, por la eventual ingesta de peces. Comunidades de pescadores y mariscadores quedaron económicamente efectadas por este daño ambiental también. Se trata de una planta de más de 12 años de puesta en marcha (lo que es relativamente reciente), descubriéndose además la existencia de ductos ilegales de vertido de RILES al Río Mataquitos. La empresa dueña de la planta, Celulosa Arauco y Constitución tomó una pronta acción, suspendiendo la operación y despidiendo a las tres máximas autoridades de Licancel: el Gerente General, Gerente de Operaciones y Gerente Ambiental. Igualmente ha ofrecido medidas de reparación ambiental y a los pequeños acuicultores y pescadores.

Siendo correcta esta reacción, la pregunta que surge de inmediato es la siguiente: se trata de una estrategia para mitigar y reparar realmente un daño?,... es una estrategia lógica frente a previsibles medidas investigatorias y potencialmente condenatorias?,... o bien los máximos ejecutivos de la empresa ya cruzaron el "umbral" de la sustentabilidad ambiental y es la lógica reacción frente a una condenable negligencia de los operadores de la planta?,.....

Lo que es claro es que, desde un punto de vista jurídico, aunque en Chile no exista formalmente el "delito ambiental", estamos frente a una figura en la cual la negligencia individual que pueda imputarse penalmente a los responsables, ineludiblemente alcanzará en lo civil a la "corporación". Penalmente, hay una investigación abierta: se podría tratar, a mi juicio, de una figura de dolo eventual, y en el mejor de los casos de un cuasidelito....

Tal es la magnitud de la negligencia, que es imposible que no pudiera prevenirse el efecto de un hecho como el que se comenta. También resulta clave el grado de conocimiento que podrían haber tenido los máximos ejecutivos respecto de las condiciones reales de operación de la Planta Licancel. Todo ello incidirá en distintas formas o manifestaciones de una única responsabilidad: la de responder y asumir los efectos jurídicos generados por estos hechos, individual y corporativamente.

Las investigaciones permitirán determinar lo anterior. Mientras, seguiremos observando los acontecimientos, en espera de ver como opera nuestra institucionalidad ambiental. Y también en espera de poder revisar si los ejecutivos cruzaron o no el umbral de la sustentabilidad ambiental, y si el lema corporativo es efectivamente "Green to Gold",...o "Gold without Green"

Desde Punta Arenas
Sergio Praus
Curso de Derecho Ambiental UMAG - 2007

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Dónde Vivimos?

Desde sus inicios el hombre nómade o sedentario ha instalado a sus familias y clanes; aldeas y ciudades, ha formado civilizaciones enteras a las orillas de los ríos, lagos y fuentes de agua dulce en general. Este bien H2O es indispensable para la vida de los seres vivos, y como no nos ha faltado no le hemos dado la importancia que realmente merece.
La situación que vive el planeta ha llevado a muchos a plantear la posibilidad de variar las hipótesis de conflicto de los estados del mundo y vaticinar conflictos bélicos en torno a la falta de agua, bien que ya escaséa en varias regiones de la tierra. ¿Parece increible no?, un elemento que día a día desperdiciamos por que está ahí en demasía y a nuestro alcance, podría llegar a valer más que el petróleo porque sin el agua no hay vida.Aun así no hay conciencia e insistimos en malgastarla y más aun en contaminarla...es como un suicidio a largo plazo.
En ese marco y con esa larga introducción, me quiero referir a la seguidilla de acciones gravemente contaminantes producida en el Mataquito por las empresas de Celulosa Arauco, empresa desde mi punto de vista responsable civilmente del desastre ecológico causado y no sus filiales o "empresas satélites". El castigo debe ser tan severo como el daño causado.
La muerte de peces, animales,microorganismos, el sufrimiento de familias enteras que están no sólo en la incertidumbre económica sino que también acerca de su salud, el tremendo daño causado al Estado de Chile y todo por la irresponsabilidad de gerentes y empleados inescrupulosos y con cero conciencia social.
El Mataquito otrora fuente de vida, hoy es fuente de muerte y miseria. Hemos visto los terribles efectos inmediatos del desastre pero aun faltan los peores, los que llegan poco a poco y de los que se tiene que hacer cargo la empresa y el Estado. El control del Río y sus afluentes tiene que ser minucioso por que la agricultura también va a sufrir con esta contaminación.
La responsabilidad de este desastres es compartida. Penalmente deben pagar los gerentes de las plantas contaminantes, civilmente debe hacerlo Celulosa Arauco, administrativamente quienes no ejercieron ls funciones de control en esta empresa que ya tenía negros antecedentes, y socialmente debemos pagar todos por ver pasar o por dejar pasar día a día diversas situaciones que pueden acabar en desastres ambientales como el ocurrido, o menos impactantes pero no por ello menos dañosos para el medio ambiente. Somos todos los llamados a perpetuar nuestra especie y el ecosistema en general, por lo tanto todos somos y debemos ser contralores de las empresas e individuos que aprovechan los recursos de todos.
Es cierto que el Estado debe crear las condiciones para alcanzar el bien común, da lo mismo que el gobierno sea tal o cual, que lo haga bien o mal, tenemos que salir de la indolencia, dejar de ser observadores, de dejarlo todo en manos del "Estado" muchas veces ineficiente y ayudar un poco...¿o vivimos en Marte?.