ADVIERTE QUE EL CALENTAMIENTO GLOBAL ES UNA AMENAZA REAL: PIÑERA LE RESPONDE A BÜCHI
Comentario publicado en El Mercurio on Line
Domingo 27 de mayo de 2007
El ex candidato presidencial dice que para mitigar este grave problema en forma eficiente y equitativa es fundamental una acción coordinada, oportuna y eficaz a nivel mundial, orientada a disminuir la producción de gases invernadero y a reducir la deforestación.
El ex candidato presidencial dice que para mitigar este grave problema en forma eficiente y equitativa es fundamental una acción coordinada, oportuna y eficaz a nivel mundial, orientada a disminuir la producción de gases invernadero y a reducir la deforestación.
El calentamiento global ha surgido con fuerza, junto al terrorismo, narcotráfico, guerras y pobreza, como el Quinto Jinete del Apocalipsis que amenaza gravemente a la humanidad. Frente a este desafío algunos sostienen que "la hora de actuar ha llegado" y otros llaman a "no apresurarse ni asustar a la gente". ¿Dónde está la verdad? Más allá de naturales discrepancias pienso que la evidencia científica acumulada es contundente y convincente: el cambio climático ya ocurrido y por ocurrir representa definitivamente una real y formidable amenaza para la humanidad y exige una respuesta coordinada, urgente y eficaz a nivel global, que aún no hemos sido capaces de implementar.
¿Cuál es esa evidencia? Existen muchas opiniones; sin embargo, los informes más profundos y exhaustivos son los cuatro estudios del Comité Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), preparados al amparo de las Naciones Unidas por 180 científicos y revisado por más de 2.000 expertos; y el Informe Stern de 2006, encargado por el gobierno Británico. ¿Qué dicen estos informes? Los del IPCC sostienen que desde la Revolución Industrial, y acelerándose alarmantemente durante los últimos 30 años, las temperaturas del aire y del mar se han incrementado -de hecho, once de los últimos doce años se ubican entre los doce más cálidos desde 1850; es decir, desde que se tiene registros de temperaturas-; los niveles del mar, las capas de hielo y nieve han disminuido; se han registrado cambios en la cantidad y distribución de las precipitaciones y aumentos de huracanes, inundaciones, sequías y olas de calor.Principales villanos: los gases del efecto invernadero y la deforestaciónDada esta sólida evidencia debemos preguntarnos: ¿es esto un fenómeno natural o provocado por la acción del hombre?, ¿quiénes son los principales responsables?, ¿cuáles serán las posibles consecuencias si mantenemos las conductas actuales? y ¿qué podemos hacer para mitigar esta amenaza, aprovechar sus oportunidades y adaptarnos a la nueva realidad?
El último informe del IPCC incrementó de un 66% a 90% las probabilidades de que sea la acción del hombre la causante del fenómeno. Los principales villanos son: a) El aumento de los gases de efecto invernadero (dióxido de carbono (CO2), metano, óxidos nitrosos y otros) que han aumentado desde 280 a 430 partes por millón desde la Revolución Industrial y seguirán creciendo hasta duplicar los niveles preindustriales, incluso si se estabilizaran las emisiones a los niveles actuales y b) La masiva deforestación y cambio de uso de suelo ocurridos en el planeta, principalmente en Brasil e Indonesia, que han significado en los últimos 15 años una perdida del 3% de la superficie mundial de bosques, lo que representa una pérdida anual de 8 millones de hectáreas, equivalente a la superficie de Bélgica, Holanda y Luxemburgo, sumados.
Estados Unidos versus JapónPor su parte, el Informe Stern concluyó que los principales responsables son los países desarrollados, encabezados por Estados Unidos, que contribuye anualmente con un 39% de la producción mundial de CO2, y más aún en términos acumulados (con este prontuario ambiental resulta inexcusable su no incorporación al Protocolo de Kioto de 1997, cuya vigencia termina el 2012 y que intenta reducir la emisión de gases invernaderos).
Esta actitud contrasta con la propuesta hecha esta semana por Japón y que presentará en julio en la Cumbre del G8 en Alemania, que bajo el nombre "Enfriar la Tierra 50" propone reducir a la mitad la emisión de gases invernaderos para el año 2050 y ofrece un mecanismo financiero dotado con fondos "sustanciales", para ayudar a las naciones en desarrollo a aplicar las medidas medioambientales que sean necesarias. Más aún, "Enfriar la Tierra 50" pretende establecer por consenso, y no por imposición, un sistema flexible y diverso para que cada país optimice sus esfuerzos para reducir sus emisiones, y superar así las deficiencias del Protocolo de Kioto. Además, el Informe Stern concluye que el cambio climático es global en sus causas y consecuencias y que una acción firme, temprana y eficaz tendría un costo del 1% del PGB mundial, lo que se justifica plenamente frente a los costos de la inacción que se elevarían a 20% del PGB mundial.
¿Qué nos depara el futuro si seguimos simplemente esperando y manteniendo nuestras actuales conductas? Nadie lo puede predecir con certeza, pero sabemos lo suficiente como para pronosticar aumentos adicionales de las temperaturas entre 1.8ºC y 4ºC y del nivel del mar entre 19 y 59 cms. durante este siglo. (La proyección de Al Gore de un incremento del nivel del mar de 7 metros sólo se produciría si se derritieran los hielos del Polo Norte). Reducciones adicionales de hielo y nieve, escasez de agua dulce, olas de calor, huracanes, inundaciones y sequías más intensas, reaparición de enfermedades como malaria, dengue, extinción de especies, etc.
Para mitigar esta amenaza en forma eficiente y equitativa es fundamental una acción coordinada, oportuna y eficaz a nivel mundial orientada principalmente a disminuir la producción de gases invernadero y a reducir la deforestación. Las políticas e instrumentos están claros e involucran esencialmente mejores señales de mercado para reducir las externalidades ambientalmente negativas de la acción del hombre, y desarrollo y aplicación de tecnologías más eficientes y menos carbonizadas y petrolizadas y políticas que fomenten una utilización más racional y el desarrollo de energías limpias y renovables.
Las consecuencias para Chile¿Cuáles serían? Un documentado informe denominado "Estudio de Variabilidad Climática en Chile para el Siglo XXI" del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile, fue elaborado bajo supuestos de un escenario suave y otro severo y dividiendo a Chile en 5 macrozonas, arroja ciertas respuestas: básicamente, un aumento de las temperaturas, especialmente en el Norte Grande en que podrían incrementarse en hasta 5ºC y una reducción de las precipitaciones, principalmente en la Zona Central en que podían disminuir en hasta un 40%.Estos cambios tendrán formidables efectos en actividades como la agricultura y la minería y sobre los ecosistemas de las distintas macrozonas del país y sobre la forma de vida de los chilenos, frente a los cuales el país debe actuar ya para mitigar sus efectos negativos, aprovechar sus oportunidades y adecuarse a las nuevas realidades, a través de políticas educacionales de fortalecimiento de la conciencia ambiental, de innovación tecnológica y fomento de actividades productivas y humanas más limpias, políticas de ahorro de energía y fomento de energías renovables, de fomento de la reforestación, de acciones preventivas en caletas y puertos frente al incremento del nivel del mar y políticas de protección y racionalización del uso del recurso agua, adaptación de la actividad agrícola, protección de glaciares, etc. Todo ello inserto dentro de una verdadera Estrategia y Plan Nacional (aún por desarrollarse) para enfrentar las amenazas y oportunidades que presenta el calentamiento global.
Años atrás, la Revista Time publicó un reportaje de portada titulado "Salvemos al Planeta Tierra". Me pareció un título presuntuoso y que inducía a error. Lo que está en riesgo no es el planeta Tierra que en sus 4.600 millones de años de vida ha resistido todo tipo de catástrofes y amenazas: meteoritos, glaciaciones, terremotos, calentamientos, diluvios e incluso la acción del hombre. Lo que realmente está en peligro es la supervivencia del ser humano que todavía no cumple 2 millones de años de existencia, y desde ese punto de vista, es un recién llegado. De hecho, casi el 99% de las especies que alguna vez han existido ya no están.
La pregunta es si el hombre se va a incorporar a esa inmensa mayoría que no supo o no pudo sobrevivir. La filosofía correcta para actuar es considerar a la tierra y la naturaleza -que son un don de Dios- no como una herencia de nuestros padres sino como un préstamo de nuestros hijos y nietos, que debemos cuidar y preservar. Como ya lo hemos dicho, no sería justo que ellos conocieran los ríos cristalinos, los glaciares majestuosos o los bosques nativos solamente en los libros de historia.